lunes, 25 de octubre de 2010

Saber más sobre papillas




Ahora que Nicolás ha comenzado a comer alimento sólido, he estado experimentando varias cosas, entre ellas cómo hacer papillas caseras de la mejor forma posible, para eso me compré una batidora de inmersión que me ha funcionado muy bien para moler la fruta (que después paso por un colador). Hasta ahora creo que no lo he hecho tan mal.

El asunto se complica cuando tenemos que salir de casa, porque es un poco complicado preparar la comida de Nicolás mientras estamos de paseo y siempre existe el temor de que la comida se eche a perder; así es que, a veces, no queda de otra más que comprar papillas comerciales (que son más fáciles de transportar). 

Por supuesto siempre he creido que la comida natural es más saludable, pero también es cierto que no sabía mucho sobre las papillas comerciales... si ya saben qué fue lo que hice: me puse a investigar en Internet y encontré un estudio que realizó la PROFECO (Procuraduría Federal del Consumidor) sobre la calidad de las papillas para bebé aquí en México, en el que analizaron aspectos referentes al nivel nutritivo e higiénico de las mismas, explicando a través de diversas tablitas los resultados obtenidos. Me pareció muy buena información, así es que aquí les va para que la revisen y resuelvan sus dudas:

Papillas PROFECO                                                            


Una sección que me pareció muy interesante fue en la que hacen una comparación entre la comida casera y la comercial, así es que si has tenido dudas al respecto te aconsejo que también lo leas. Como siempre espero que esta información te sea de utilidad para ofrecerle a tu bebé la mejor alimentación posible.

Después de un día muy atareado, se despide La mamá de Nicolás.

1 comentario:

100% Mamá dijo...

bueno, de vez en cuando las papillas envadas no estan mal... yo igual le compro y las tengo en la despensa, pues si un dia olvide preparar comida, jeje, que me ha pasado, le doy una o bien si tengo que ir fuera de casa, o cuando el fin de semana ya no quiero cocinar, pero son contadas veces, siempre dispongo de una heladera chiquita para transportar sus comidas y no se echen a perder.... un abrazo