viernes, 28 de octubre de 2011

Calaveritas de azúcar




Me encanta el Día de Muertos, es una de mis festividades favoritas... el color, los olores, los sabores, la simbología, las alegorías, la onda mestiza a todo lo que da (por eso de ser tradición prehispánica combinada con el rollo católico de los españoles). 

No sé si todos los lectores lo saben, pero aquí en México, el Día de Todos los Santos (2 de noviembre), celebramos a nuestros muertos, sí, celebramos, porque por muy triste que sea que un ser querido parta recordarlos no tiene porque deprimirmos, conmemorar su existencia y lo mucho que aportaron a los que todavía vivimos también puede ser lindo. 

Me gusta el Día de Muertos, pensar en papel picado, flor de cempasúchil, las veladoras, el pan de muerto, los altares, las ofrendas y las calaveritas (las de dulce y las literarias) me dibuja una sonrisa en el rostro, me recuerda a los días de estudiante y me hace pensar en lo bonito que es tener una herencia cultural tan rica y llena de mítos, ritos y colores.

De todas las cosas coquetas que se acostumbran hacer en estas fechas, siempre me había causado curiosidad la fabricación de las calaveritas de dulce, así es que este año me decidí a buscar la receta y saber cómo se hacen y la he encontrado, se las comparto y a lo mejor se animan a probar (yo no sé si  tenga tiempo, pero al menos ya tengo la receta jejeje):

INGREDIENTES

  • 3/4 kilo azúcar blanca
  • 1/2 cda. tártaro
  • 1/4 litro agua
  • Moldes para hacer las calaveras
 Para adornar
  • 2 claras de huevo
  • Azúcar glass
  • Colores vegetales
  • Papel de estaño de varios colores
  • Papel encerado para hacer dullas
  • o cucuruchos para adornar 

ELABORACIÓN
 
Pon al fuego una olla. Vierte el agua y el azúcar. Mueve con una cuchara hasta que el azúcar se disuelva. Cuando suelte el primer hervor, déjala unos 15 minutos. Retira la olla del fuego y bate el agua de azúcar hasta que cambie su color blanco. Pero cuidado, si el color se torna oscuro, repite toda la operación hasta que te salga. Una vez alcanzado el color deseado, rellena los moldes por el orificio. Después únelos con ligas. Cuando estén llenos, colócalos hacia arriba. Así déjalos y cuando los moldes estén tibios y el azúcar del interior cuajada, sumérgelos en agua y sácalos enseguida.

Ahora, quita las ligas y retira los moldes. Pon las calaveras a escurrir sobre una charola. Deben quedar bien secas después del baño.

Y aquí viene la parte lúdica, la artística, sí, la de la decoración. Las dullas se hacen con el papel encerado. Con mucha energía, bate las dos claras de huevo, agrega unas gotitas de limón y el azúcar glass hasta que se forme una pasta suave. Vierte esta mezcla en cuatro o cinco trastes pequeños, a cada uno pónle unas gotas de los colores que más te gusten.

Llena cada dulla con un color, corta la punta con cuidado, debe quedar una salida pequeña. Ahora, adorna la calavera con moños, aretes, pestañas postizas y con los recortes de papel de estaño que desees utilizar.

Tus calaveritas están casi listas. Sólo falta que les pongas el nombre de tus queridos difuntos en la frente.




Así es que ahí lo tienen ¡suerte con sus calaveritas!

Disfrutando las tradiciones, se despide La Mamá de Nicolás.


1 comentario:

Anónimo dijo...

Gracias por la receta!!

Que disfrutes las fiestas!!!