lunes, 26 de julio de 2010

Las mamás de la postmodernidad



El sábado pasado estuve en casa de la abuela de Nicolás (la mamá de su mamá) ayudándola a organizar una venta de garage junto con una de sus hermanas (la madrina de la mamá de Nicolás) y mis dos primas. Al final de la jornada sacamos del librero los álbumes de antaño y vimos las fotos de cuando yo nací pues queríamos ver si Nicolás se parece o no a mi. Pero bueno, el punto de esta anécdota no es mi parecido con Nicolás, sino que durante el vistazo al pasado nos llamó la atención la diferencia enorme que hay entre mi abuelita, mi mamá y yo en cuanto a figuras maternas... es decir, cómo ha cambiado el perfil de mamá con los años!!!

Desde ese día he estado pensando que verdaderamente el rol de mamá se ha transformado en cada generación, aunque la diferencia en años no parezca mucha... puedo decir que soy una mamá postmoderna, sin ser la etiqueta buena o mala, simplemente soy, y creo que es el caso de muchas mamás jóvenes que, como yo, forman parte de un salto evolutivo de nuestras sociedades, en el que el papel de la mujer ha sufrido diversas mutaciones hasta llegar al estado en el que se encuentra hoy en día.

Las mamás postmodernas nos encontramos ante el reto de construir nuestra identidad, la libertad que hemos alcanzado gracias a la lucha de otras mujeres nos ha dejado ante un mundo de posibilidades, ante un escenario en el que, a diferencia de nuestras madres o abuelas, podemos elegir el papel que queremos interpretar; como quien dice ya no es obligación encajar en el modelo tradicional de mujer y madre.

A diferencia de las mamás del pasado, las mamás postmodernas no tenemos un estándar al que ajustarnos ni un camino preestablecido; tenemos oportunidad de pensarnos como queramos y decidir lo que queremos hacer y cómo lo queremos hacer. El asunto con esto es que, ante este cambio simbólico que creemos tener asimilado pero que nos toma por sorpresa, terminamos por elegir un sin fin de roles y actividades, construímos realidades mucho más complejas e intrincadas que las que tuvieron que vivir nuestras antecesoras. Ahora no solamente somos esposas y madres, somos hijas, hermanas, amigas, estudiantes, empresarias, profesionistas, activistas, emprendedoras, soñadoras...

Las mamás postmodernas nos inventamos a nosotras mismas todos los días, decidiendo cuántos hijos tener y cuándo, qué profesión tener y en qué trabajar, qué proyectos personales emprender y cómo; en fin, una serie de responsabilidades adquiridas por iniciativa propia que nos comprometen más con nuestro entorno, no sólo doméstico, sino con nuestra comunidad y la sociedad en un sentido más amplio.

La autonomía que hemos alcanzado las mamás de la actualidad nos ha permitido construir y generar nuevas propuestas de vida, realidades alternativas que se adaptan a las necesidades de cada mujer y familia, alcanzando una diversidad que antes no existía (o que no se distinguía a simple vista). 

Pero haber llegado hasta este punto no fue ni es fácil, implica un cambio de paradigmas que trasciende a la propia madre y modifica las relaciones de pareja, las relaciones familiares y las relaciones sociales. Como mamás postmodernas tenemos que enfrentarnos a múltiples encrucijadas en las que no siempre el camino es sencillo de elegir, y donde las prioridades se traslapan y se pierden sus límites. Es cierto que gozamos de nuevos privilegios, pero también es cierto que tenerlos conlleva más esfuerzo; sin embargo, a pesar de los obstáculos que ahora se nos presentan, salimos muchas veces victoriosas y satisfechas de que los logros que ahora alcanzamos tengan significados más profundos y personales para nosotras. 

Está cañón ser una mamá postmoderna pues no siempre se tiene el apoyo necesario para serlo, por eso es que empezamos a encontrar también papás postmodernos, dispuestos a ayudar en el hogar y con la crianza de los hijos de una manera mucho más comprometida. El hecho de que nuestros roles se hayan transformado ha generado cambios en las familias y, por lo tanto, en nuestra cultura y por eso es tan importante que tomemos conciencia de ello, pues mientras queramos vivir con nuestros nuevos roles en escenarios del pasado va a ser mucho más difícil alcanzar la felicidad prometida por este nuevo paradigma.

Por ahora dejo aquí mis reflexiones filosóficas, no sin antes mandar un saludo afectuoso y un fuerte abrazo a todas las mamás postmodernas que navegan por la red, de parte de La mamá de Nicolás.

5 comentarios:

Alberto Suarez dijo...

Totalmente cierto, los cambios generacionales son muy marcados, con los abuelos -nuestros padres- estaban roles muy cerrados, los padres solo trabajaban para que nada faltara, la madre se encargaba de todo, y todo solo significaba casa e hijos...

Actualmente, ya much@s mamás y papás actuamos por igual, cuidamos hijos, somos hijos, padres, amigos, empresarios y todo lo que mencionas....

Y al menos en mi caso, se rompe el tabu de que el papá no puede cuidar y encargarse de los hijos, porque si se puede y bien!

La mamá de Nicolás dijo...

¡Claro!

Lo maravilloso de que existan las mamás postmodernas es que también existan papás postmodernos.

Rosali dijo...

Tienen razón, y entre los abuelos maternos y paternos por su educación, cultura, y un etc. hay una diferencia abismal, ahora imaginen lo que separa a abuelos, padres e hijos......

Mamá Moderna dijo...

Me encanto lo que escribiste y que cierto es. En el ir y venir de nuestro día a día y en el querer alcanzar todas nuestras metas en todos nuestros roles a veces nos perdemos.

Me paso a mi hace poco y ahora voy redimensionando mis roles y dandole importancia a lo que lo tiene, incluyendome a mi misma.

En tratar de ser la mejor mamá, esposa, amiga, hermana, profesionista, emprendedora, me estaba perdiendo a mi misma.

Lo bueno es que me di cuenta a tiempo y voy aprendiendo día a día.

Gracias

Susana (Mamá Moderna)

La mamá de Nicolás dijo...

Susana me da mucho gusto que hayas leído la entrada y te haya gustado. Espero que todo te esté saliendo de maravilla y pronto compartas con nosotros tu experiencia.

Un abrazo desde Querétaro