martes, 6 de julio de 2010

Sobre el sueño y Nicolás



Desde que la gente a tu alrededor sabe que estás embarazada, comienzas a escuchar muchas historias sobre las desveladas y el cansancio que ocasiona el cuidado de un bebé. El consejo que más recibí durante mi embarazo fue "aprovecha y duerme todo lo que puedas, porque de ahora en adelante no vas a volver a dormir" y como no tenía mucho que hacer encerrada en mi casa lo seguí al pie de la letra jejeje. A pesar de las advertencias y de las horas de sueño que aproveche antes de que naciera Nicolás hasta ahora me doy cuenta de que se trata esto.

Al principio te haces la valiente y el instinto maternal te "ayuda" a superar las primeras noches y días, pero después de un rato comienzas a cansarte y buscar maneras de que tu bebé duerma lo mejor posible el mayor tiempo posible. Así es que dado que hay días en los que Nicolás duerme como un angelito, días en los que permanece despierto mucho tiempo y días en los que no puede estar dormido ni despierto (generalmente estas ocasiones presentan llanto agudo con molestia), decidí investigar un poco en internet para saber más acerca del tema y aquí es comparto lo que me pareció más interesante y que podrían ayudar a varios papás a descansar un poco más:

  • Si bien algunos bebés tienen una capacidad innata para conciliar el sueño durante el día o la noche la capacidad para dormir debe ser desarrollada mediante el entrenamiento en las semanas siguientes al nacimiento. Para que ello suceda se debe tratar de concentrar los momentos en que esté despierto durante el día con el fin de que los períodos de sueño se desplazen hacia la noche.
  • Es normal que durante el sueño el niño "succione", sonría, haga muecas de molestia, pujos, apriete los puños, entorne los ojos, presente "temblores" corporales, movimientos intermitentes de extremidades o presente llanto espontáneo.
  • No existe un tiempo establecido de sueño. Éste varía en cada niño. La mejor prueba de que duerme suficiente es que no se vea cansado durante el día. 
  • El tiempo que demora cada niño en organizar su sueño e independizarse es variable. De acuerdo a su personalidad, algunos niños requieren más que otros de cariño y atención, algunos demuestran tempranamente mayor independencia y autonomía.
  • No se debe dejar llorando al bebé, no tiene sentido intentar ponerle un horario de alimentación, sueño o juego al niño menor de dos meses. En esta edad se le debe cargar. Sino podríamos estarle generando sus primeros sentimientos de frustación. A esta edad los bebes no se vuelven "consentidos".     
  • No darle leche cada vez que llora. No siempre llorará por hambre. Puede estar cansado, aburrido, triste o acalorado. Si al bebé se le alimenta constantemente de día, también pedirá constantemente de noche. 
  • Las tomas de la noche deben ser breves y aburridas. Házlo con luces tenues, muévete con calma y habla en voz baja; no lo arrules y aliméntalo en silencio. El bebé tiene que aprender que es momento de dormir, no de jugar ni de hablar.
  • Si tiene cuna, colócalo en ella cuando esté soñoliento pero despierto. Su último recuerdo de cuando está despierto debe ser la cuna y no la presencia de los padres o el alimento. Debe aprender a dormirse solo. 
  • Es claro que los bebés no pueden, como los adultos, darse cuenta de que tienen sueño y de que necesitan dormir, por lo que el sueño se percibe como una molestia que no saben cómo solucionar. 
  • Cuando el bebé se pone molesto, se frota los ojos y bosteza, lo más adecuado es tomarlo en brazos y alejarlo de los estímulos. No intentes distraerlo con juegos o canciones, porque lo que necesita es tranquilizarse y entrar a la etapa de somnolencia para luego ser colocado en su cuna, donde se dormirá solo.
  • Hay que intentar enseñarle al bebé a diferenciar entre el día y la noche. Para ello, conviene mantenerlo estimulado durante el día, con los ruidos de la casa, las luces... y evitar que los periodos de sueño diurnos se prolonguen demasiado.      
  •  Baño, mimos, frases cariñosas, música… pueden ser un excelente prólogo para el sueño, incluso en bebés muy pequeños, que poco a poco aprenden a asociar estas actividades con la necesidad de dormir. (Un consejo: no varíes los cantos y música: la repetición es la clave). 
  • Es normal que el bebé lloriquee un poco mientras encuentra su posición y se queda dormido. Si el llanto no cesa, acércate a su cuna, háblale con voz calmada y suave y dale unas palmaditas en la espalda. Tu presencia y tu voz pueden ser todo lo que necesita para quedarse dormido. 
  • Los bebés se mueven y lloriquean durante la noche y luego vuelven a dormirse. A no ser que llore intensamente o que creas que tiene hambre o está sucio, no te levantes. 

En lo personal, saber estos pequeños datos me ha sido de utilidad, pues siendo mamá primeriza no tenía ni idea de cómo funcionaba el asunto del sueño con Nicolás y al menos ahora su papá y yo tenemos algunas pistas que nos han ayudado a dormir mejor durante la noche, pues ahora Nicolás tiene su última toma a las 10:00 u 11:00 de la noche y aguanta entre 4 y 5 horas dormido, y cuando despierta en la madrugada conseguimos que vuelva a dormir con facilidad volviendo a despertarse hasta las 7:00 de la mañana más o menos.

Así es que la cosa está en tener paciencia, pero sobre todo saber qué hacer, porque la paciencia sin orden y sin seguir algunos pasos no tiene mucho sentido, se acaba rápidamente.

Esperando tener un poco más de descanso se despide La mamá de Nicolás.

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