martes, 11 de mayo de 2010

Los achaques de último momento



Es bien sabido que cuando una mujer está embarazada los cambios fisiológicos y psíquicos que experimentan son notables y a veces hasta extremosos, pero del dicho al hecho... cuando de verdad te encuentras pasando por esa situación el extremo se rebasa. Esto de estar en la semana 37 en plena temporada de calor, está de terror !!! sobre todo por las tardes y a la hora de dormir.

Varios sabrán que yo me jactaba de haber tenido un embarazo sobre miel y hojuelas, pues los primeros dos trimestres no sufrí de ningún achaque... la verdad todo había estado muuuuy tranquilo, pero eso del karma está cañón jajajajaja porque a pocos días de que Nicolás llegue al mundo es cuando las molestias han aparecido y me tienen bastante fatigada:

  • Los bochornos están terribles, sudo las 24 horas al día (cosa que nunca me sucedía), siento que ningún ventilador me consuela, ni el outfit más varaniego me ayuda a soportar el calor, una cosa de verdad horrible, sobre todo en mi casa que no tiene buena temperatura y es más calurosa que el estándar.
  • Los cambios de temperatura y la falta de defensas (que se están dirigiendo todas a Nicolás) me han provocado dos que tres enfermedades respiratorias que me tienen en calidad de trapo (con nariz tapada, mocos, dolor de garganta y cabeza, ya saben, fatal).
  • Por las noches he descubierto que cada vez duermo menos, entre que me dan ganas de ir al baño, me dan calambres super dolorosos en las piernas, la panza me estorba (y no se diga la almohada enorme que uso entre las piernas y debajo de la panza), el calor es muy molesto y me dan agruras es imposible tener un sueño reparador.
  • La espalda y la cadera duelen mucho ahora que Nicolás se está abriendo paso para nacer, así es que estar sentada mucho tiempo es muy cansado.
  • La acidez estomacal ha aumentado conforme ha ido creciendo Nicolás, supongo que se debe a que el pobre bebé ya no cabe y empuja cuanto órgano interno encuentra a su paso (estómago, vegija, intestinos) lo que de vez en cuando también es muy incómodo.
Total, que debo empezar a hacer meditación y ejercicios de relajación porque parece ser que la paciencia se está terminando poco a poco (aunque creo que para buscar unas clases de yoga prenatal es un poco tarde jejeje)... un fin de semana en un SPA no estaría nada mal (¿hay SPAS especializados enmamás achacosas?, si no es así ahí tienen una idea de negocio).

La quejumbrosa mamá de Nicolás

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