La recta final

Ahora sí, cada vez falta menos para recibir a Nicolás... estamos en la recta final. Ayer fue el último día que fui a clases, presenté a los profes que se van a qudar en mi lugar este último mes y me despedí de mis queridas alumnitas, a las cuales extrañaré (aunque no tanto el asunto de preparar clases, calificar y esos menesteres jejeje). Lo bueno es que les queda poquito tiempo para terminar, sólo alguno que otro tema por revisar y por último sus exámenes finales, así es que creo que les irá bien. 

Una vez que terminé de arreglar todo lo necesario en la escuela aproveché para buscar algunas cosillas para comenzar a hacer un Scrapbook para Nicolás... la verdad es que nunca me habían llamado la atención, pero supongo que el instinto maternal y las modas me han convencido jajajaja. Digo, si ya estoy haciendo un blog, por qué no hacer un lindo albúm. Desafortunadamente no encontré lo que quería, así es que tengo el albúm, pero no tengo nada para decorarlo (solamente la foto del ultrasonido de Nicolás), así es que un poco desilusionada me fui a comer con el papá de Nicolás a un restaurante cerca de su oficina. Comimos y vimos la final de no sé qué Copa europea...

Según yo en la tarde iba ir a buscar la carreola para Nicolás y a recoger una pijama de maternidad que compré en Prénatal, pero después de haber pasado toda una semana en reposo y estando en la semana 37 con gripa, la verdad es que me cansé un poco y decidí que mejor me regresaba a mi casita a descansar. Así es que espero que este fin de semana tengamos un rato para ir a buscar la carreola indicada.

Mientras buscaba las ondas del scrapbook que no encontré, compré un sobre de esos de plástico, así es que por la tarde me dediqué a buscar las actas de nacimiento del papá de Nicolás y la mía, así como nuestra acta de matrimonio, pues se supone que es de esas cosas que te piden y que normalmente no tienes preparadas cuando nacen los bebés, así es que al menos ya no tengo ese pendiente. Fuera de eso creo que lo único que me falta es arreglar un poco la casa, pues todavía hay algunas cosas de la escuela y de la "mudanza" que siguen sobre la mesa del comedor y que ya es hora de guardar, porque si no cuando llegue Nicolás va a haber demasiado tiradero en este hogar.

Así es que más vale tarde que nunca, me iré a arreglar mi tiradero.

La mamá de Nicolás.