jueves, 3 de marzo de 2011

Un miércoles de tantos



El día de ayer me la pasé "del tingo al tango", esto de ser mamá a veces me toma desprevenida jejeje. Desperté temprano para darle de desayunar a Nicolás, vestirlo y arreglar sus cosas para llevarlo a la guardería, a donde llegó puntual (como siempre) a las 9:50 a.m. De ahí me lancé a la escuela para aplicar examen e impartir mis clases de los miércoles con el grupo de 3º; salí  de trabajar a las 2 de la tarde.

Corrí a la guardería para recoger a Nicolás y rápidamente nos fuimos al Toks para comer con el Papá de Nicolás. En el trayecto me di cuenta de que mi coche estaba fatal de los frenos, así es que decidí que era momento de llevarlo al taller (más vale prevenir que lamentar), así es que le llamé a la abuela de Nicolás (o sea a mi mamá) y le pedi que me echara la mano para no tener que tomar un taxi; así es que terminando de comer fuimos directo al taller, me hicieron una orden de servicio y me dijeron que esa misma tarde estaría listo mi coche.

Mi mamá pasó por Nicolás y por mí al taller, pasamos a una tiendita a comprar algo de comer para Nicolás (su pañalera no estaba preparada para los planes emergentes) y nos fuimos a casa de la abuela. Cuando pensábamos que todo estaba bajo control Nicolás vomitó todo lo que había comido y tuvimos que bañarlo improvisadamente en el lavabo, luego nos dimos cuenta de que ya  no tenía pañales limpios, así es que tuve que envolverlo en una toalla y salir volando en búsqueda de pañales limpios. Tomé el coche de la abuela y me lancé a mi casa para resurtir la pañalera jajaja.

Regresé corriendo a casa de la abuela, cambié a Nicolás, le di su leche y en ese momento me llamaron del taller, había que irlo a recoger en ese instante porque cerraban a las 7:00; así es que la abuela y yo corrimos veloces para que no nos cerrarán el taller... Nicolás se quedó dormido en el camino... llegamos a tiempo. LA señorita que me cobró se tardó mil años dando de alta mis datos para hacerme la factura, mientras tanto mi mamá esperaba afuera cuidando a Nicolás que seguía dormido.

Por fin logramos pagar y el coche ya estaba listo (maravilloso porque no sé qué haría sin él jajaja). Regresamos a la casa, Nicolás se despertó, así es que le dí de cenar y por supuesto ya no tenía sueño. Cuando llegó el Papá de Nicolás, decidimos bañarlo como Dios manda, así es que los dos juntitos se ducharon y aprovecharon para jugar en el agua (estuvo bien por eso del vómito de la tarde y, además, hacía mucho calor). Una vez bañanido y en pijama, Nicolás tomó su lechita y se durmió cerca de las 10:00 de la noche.

UUUFFFF terminé FA-TI-GA-DA, a veces no sé ni cómo le hago para sobrevivir a un miércoles cualquiera jajajaja, cené vi un ratito la tele y me dormí como piedra. Espero que hoy esté más tranquila la cosa porque ayer no pude adelantar nada del trabajo, así es que hoy tengo que preparar exámenes, calificar el que ya apliqué, preparar clases, en fin, nunca termino... ¿cómo les trata a ustedes la semana?

A las carreras, se despide La Mamá de Nicolás.

1 comentario:

Lirita dijo...

jeje me acuerdo de cuando yo sufría con lo mismo, la mía tiene 8 y aún no es menos complicado, una mama es una mujer con superpoderes!