Desde que nació Nicolás he querido darme el tiempo de armar un altar de muertos en la casa en estas fechas. Debido a nuestras múltiples ocupaciones y a que coincide con la época de las gripas y los catarros, no lo he podido hacer (imaginen conseguir mesas o cajas, ir a comprar las flores, las calaveritas de azúcar, el papel picado, la comida, etc, etc. y, además, consturirlo).
Así es que pensé que en lugar de que hicieramos un altar, podríamos hacer alguna cosa conmemorativa, así es que Nicolás y yo dedicamos un rato de la tarde de ayer para dibujar y pintar unas calaveritas. A mi chiquillo le encanta dibujar con sus crayolas, y a mí me encanta pintar con acuarelas, así es que pasamos un rato muy ameno (y desestresante para mí).
Aquí les comparto el resultado de nuestro rato de inspiración:
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