martes, 14 de septiembre de 2010

El plan se apestó (literal)



Supongo que esto le ha ocurrido a muchas mamás... a mí es la primera vez que me sucede y quedé FATIGADA. 

Resulta que el día de ayer Nicolás y yo nos fuimos a comer con su papá cerca de su oficina para en la tarde poder visitar a la tía de Nicolás (la tía de su mamá), a quien operaron del pie el viernes pasado. El plan era perfecto pues aprovecharíamos la salida para hacer varias cosas de una vez. Total que terminamos de comer una rica ensalada y una focaccia, y Nicolás empezó a tener hambre, por lo que su papá comenzó a darle de comer. Como el papá de Nicolás tenía que regresar a trabajar detuvimos la comida de Nicolás y lo llevamos a su oficina. Una vez hecho lo anterior me estacioné debajo de un árbol (por eso de la sombrita) y terminé de darle de comer a Nicolás en el coche (se me hacía mala onda hacerlo esperar más tiempo).

Todo iba perfecto, cuando de pronto escuché con claridad (bueno también se sintió) que Nicolás había hecho popó... ZAZ!!!. Mi primera reacción fue "bueno, supongo que lo puedo cambiar llegando a la casa de sus tías", pero no contaba con que la evacuación de mi pequeño había sido de dimensiones catastróficas... el pobre estaba batido porque el pañal no aguantó y todo se le salió por arriba, hasta el cuello tenía embarrado el pobrecito jajajaja, no podía dejarlo así.

Rápidamente me preparé psicológicamente y decidí cambiarlo en el coche, como pude detenía a Nicolás con una mano y con la otra buscaba la pañalera, sacaba el nuevo pañal, las toallitas húmedas, la cremita para las pompis, la ropita limpia (porque por supuesto su ropa quedó hecha un asco) y la bolsita para guardar la ropa sucia... fue mucho más difícil de lo que suena jajajaja. El pobre de Nicolás no sabía ni qué onda, me veía con cara de "¿qué le pasa a mi mamá?", yo mientras tanto hacía malabares para no ensuciar más cosas (una de ellas el asiento del coche).

Una vez que logré sacar todo mi kit de limpieza el problema fue encontrar la forma de que cupieramos la sillita de Nicolás, Nicolás y yo en el asiento trasero del coche, porque de otra forma no podía cambiarlo, QUÉ HORROR !!! los brazos me dolían y sudaba con el calor y el esfuerzo, mientras tanto Nicolás rodaba por el asiento porque éste tiene cierta inclinación. Total que mientras intentaba quitar el pantalón, el pañalero y el pañal sucios, Nicolás se embarraba más y más, no había toallita húmeda que fuera suficiente para limpiar ese desastre. 

Mi pequeño acabó con la espalda, el brazo y las manitas llenas de popó y eso no era lo peor, sino que él intentaba con todas sus fuerzas llevarse las manos a la boca para chuparlas, por lo que yo luchaba constantemente con él para que no lo hiciera (mientras intentaba terminar de limpiarlo), todo el asunto terminó en un terrible llanto que impedía que yo lograra mi cometido. 

En un momento de pánico terminé llamándole por teléfono al papá de Nicolás para que me ayudara, así es que salió de la oficina y llegó a mi rescate, aunque en realidad ya había logrado superar las pruebas más difíciles, pues para ese entonces Nicolás ya tenía pañal nuevo, pañalero limpio y sus calcetines en las manos para que no se las metiera a la boca jajajaja, se veía realmente gracioso, aunque él no creo que pensara igual porque nos veía muy serio.

El papá de Nicolás me ayudó a guardar las cosas (que estaban por todos lados), a acomodar la sillita, terminar de vestirlo y lo más importante, guardar la ropa sucia y llevarse el pañal premiado para tirarlo a la basura. El chistecito tardó más de una hora !!!

Para cuando logramos tener todo bajo control y regresar a la normalidad llamé por teléfono a las tías de Nicolás que ya salían al consultorio del doctor, quien le quitaría las puntadas a la tía recién operada. Así es que pospusimos la visita y rápidamente me dirigí a casa para bañar a Nicolás, pues lo necesitaba urgentemente. Mi niño llegó super dormido a la casa después de tanto ajetreo, así es que estuvo dormidito con sus calcetines en la mano hasta que despertó y pude bañarlo.

FUE TODA UNA ODISEA, pero estamos muy orgullosos de haberla superado con éxito jajajaja.

Victoriosa, se despide La mamá de Nicolás

6 comentarios:

OR² dijo...

HAHA! Como me haces reir! Sí a mí también me pasó. cuando dices que todo terminó en llanto, no especificas si fue Nico o tú. No se pierda el próximo capítulo a la misma hora en el mismo blog! Nota: Cualquier parecido con la vida real es mera coincidencia.

La mamá de Nicolás dijo...

Jajajaja, qué bueno que te saqué una sonrisita con mi anécdota, la verdad es que ahora también me causa mucha gracia... al final el que lloró fue Nico, pero yo estaba a punto de hacerlo jajaja.

Saludos

Anónimo dijo...

Jajajaja cómo me hizo reír! A mi me pasó igual, pero con mi hija de 3 años que se enfermó del estómago! Creo que es una prueba de paciencia... y amor de madre!

La mamá de Nicolás dijo...

Jajajaja definitvamente la paciencia y el amor son necesarios para superar la prueba

Pancho Bohórquez dijo...

Qué cotorro. Está superbien que con el pretexto de los hijos o los sobrinos podamos seguir haciendo bromas escatológicas y chistes, pero con toda la autoridad moral que los bebés transfieren. Excelente! Más historias de estas, pero menos cansadas, para bien de todo mundo.

Mamá inexperta dijo...

jajaja...llegué a este post por el que escribiste hace poco. Me reí mucho porque a mi me pasó algo similar. Iba con mi hija en el asiento de atrás y sentí que se estaba haciendo popó así que la saque de su silla para que no la fuera a ensuciar. Luego la tenía en mis piernas y empecé a sentir calentito..jaja..pensé que era por el calor que hacía pero mi hija se había hecho popó hasta el cuello (como Nicolás) y me había manchado a mi entera también..jaja. Lo peor es que estabamos lejos de la casa e ibamos a una tienda a comprar una estufa. Tuve que cambiar a mi hija en el auto (con el poco espacio que hay en el asiento de atrás) y luego entrar a la tienda para que me prestaran el baño y lavarme como podía la ropa. El olor que había en el auto todo el camino de vuelta era terrible y mi hija no se dio cuenta de nada. Son cosas que le pasan a las mamas..jaja...en esas situaciones hay que tener 10 manos.

@mamainexperta