Pues resulta que por fin logré agendar la cita para sacarle su visa a Nicolás. Ha sido un relajito porque hoy en día la embajada cuenta con un sistema de atención automatizado que me causó dolores de cabeza porque JAMÁS te atiende una personal real... si llamas por teléfono responde una contestadora como con medio millón de opciones peeeeeero si tienes una duda específica no sirve para nada porque te manda a buscar tu respuesta al sitio de Internet, donde tampoco encuentras respuesta y finalmente te piden enviar un correo electrónico, que también es contestado automatizadamente eeeeeen fin.
Mi problema era que de acuerdo a la normativa, por hacer el trámite de mi pequeño (que es menor de 7 años y que sus papás cuentan con visa) solamente debíamos pagar 14 dólares, peeeeero por más que intenté pagar esa cantidad por Internet nunca me dejó seleccionar la opción de los 14 dólares (a fuerza me querían cobrar $140). Después intenté hacer el pago por teléfono pero por extrañas razones que desconozco, el sistemita nunca aceptó mi tarjeta de crédito; finalmente opté por pagar en el banco (si, la verdad me daba muchísima flojera esa opción), pero la famosa forma que te dan para que hagas el pago también me salía por la cantidad equivocada.
Total que después de muchos intentos fallidos y de 3 mails por fin pudieron enviarme la forma para pagar en el banco con la cantidad correcta!!! una vez que la tuve en mi compu, la imprimí y me fui a pagar al banco, afortunadamente solamente había una persona antes que yo, así es que no fue para nada doloroso (yo me imaginaba horas formada esperando a ser atendida).
Con el recibo de pago en mi poder ya pude agendar la cita para llevar los documentos y nuevamente la suerte me acompañó porque pude hacer la cita dentro de 15 días y justo esa semana mis alumnas se van a prácticas de campo y no tengo que dar clases (así es que puedo ir con toda tranquilidad a la ciudad de México en donde se hace todo el show este).
Así es que ya logré superar una prueba más, ya nada más me queda ir a llevar los documentos y esperar que en una semana me llegue por paquetería la visa de mi pequeño.
Triunfal (pero sin cantar victoria), se despide La Mamá de Nicolás.
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