Desde que Nicolás era más pequeñito, siempre tuve ganas de meterlo a clases de natación. Varios expertos coinciden que un bebé puede empezar a nadar a partir de los 3 o 4 meses de edad, cuando su sistema inmunológico ya es un poco más fuerte, sostienen mejor su cabeza y, además, todavía cuentan con reflejos innatos que le ayudarán a adaptarse al agua y que a partir de los 8 meses pierden y es necesario aprender (como cerrar la boca y aguantar la respiración en el agua).
Cuando Nicolás tuvo la edad recomendada, no me di el tiempo de investigar y después llegó el invierno y ya no se me antojó llevarlo a nadar con el frío. A principios de este año inauguraron una escuela de natación muy cerca de nuestra casa y pedí informes, pero coincidió con que Nicolás había estado enfermito y desde ese entonces no se ha recuperado del todo.
Cuando Nicolás tuvo la edad recomendada, no me di el tiempo de investigar y después llegó el invierno y ya no se me antojó llevarlo a nadar con el frío. A principios de este año inauguraron una escuela de natación muy cerca de nuestra casa y pedí informes, pero coincidió con que Nicolás había estado enfermito y desde ese entonces no se ha recuperado del todo.
Sin embargo, ya que cumplió un año y próximamente iremos de vacaciones a la playa, ya no quise esperar más, así es que lo inscribí a las clases de matronatación de la escuela que les comento. Su primer clase fue un éxito, de verdad la disfrutó mucho e hizo los ejercicios correspondientes con mucha disposición y muy contento.
Es importante saber que estas clases de matronatación (se llaman así porque la mamá entra al alberca con el pequeño) no tienen la finalidad de enseñar a nadar literalmente, sino que son una forma de estimulación, en la que los pequeños adquieren confianza en el medio acuoso y hacen ejercicios que más tarde les ayudarán a aprender las técnicas propias de la natación. También existen algunos ejercicios que les ayudan a los pequeños a aprender a flotar boca arriba, lo cual es una técnica de sobrevivencia importante. Así es que estoy muy satisfecha por haber tomado esta decisión, sobre todo porque estuve investigando y resulta que la natación tiene muchos beneficios para los pequeños:
- Al igual que para los adultos, la natación es una actividad muy completa para los bebés, pues les ayuda a desarrollar su coordinación, fortalecer sus músculos, ejercitar el equilibrio y afinar su motricidad.
- El hecho de ejercitarse "tridimensionalmente" le ayuda al bebé a tener nociones de desplazamiento y distancia y los ayuda a alinear su postura.
- Nadar fortalece el sistema cardiorespiratorio de los bebés, puesto que los ejercicios de respiración que se practican ayudan a oxigenar su cuerpo y trasladar mejor la sangre.
- Asisitir a una sesión de entre 30 y 45 minutos (que es el tiempo que duran las clases normalmente), ayuda a que tu pequeño se relaje y duerma mejor después.
- El hecho de que alguien conocido los acompañe durante la clase (sus papás o abuelos) les ayuda a tener mayor confianza en el agua y en sí mismos, fortaleciendo su autoestima y ayudándolos a conocer sus capacidades y limitaciones. Más tarde será mucho más sencillo que aprenda a nadar (lo que sucede hasta los 4 o 5 años de edad).
Así es que, esto de la matronatación no es mala idea, sobre todo si asistes a una escuela de calidad, que mantenga la higiene necesaria en las instalaciones. Por supuesto hay que saber que asistir a estas sesiones no quiere decir que tu pequeño puede ser autónomo en el agua, siempre deberá estar acompañado de un adulto responsable. También hay que estar atentos a que no tome demasiada agua y que no presente ninguna reacción alérgica a los químicos de la alberca (como decimos en México).
Por último les comparto algunos tips que me dieron mamás y papás conocidos y la maestra de natación:
- Al momento de elegir el horario para la clase debes considerar los horarios de tu bebé. Debe haber pasado por lo menos una hora después de que haya comido para que pueda nadar. También considera que no sea su hora de dormir.
- Las sesiones no deben durar mucho tiempo para que los pequeños no se cansen.
- La escuela debe contar con el material necesario para trabajar, así como juguetes para entretener a los pequeños.
- Asegúrate de que haya monitores y gente que pueda brindar ayuda si es necesario.
- Nunca hay que forzar al bebé a hacer algo que no quiera o que lo asuste, pues de otro modo después no le gustará esta práctica.
- Si tu pequeño está incómodo, tiene frío o llora demasiado, lo apropiado es salir de la piscina.
- Este me encantó: si tu pequeño no ensució el pañal para nadar (los que venden especiales para ello) ¡puedes usarlos de nuevo!, solamente hay que enjuagarlos bien y dejarlos secar al sol (de cabeza para que no les entre tierra).Según otras mamás de la clase y la propia maestra, puedes usarlos hasta 3 o 4 veces.
Como siempre, espero que estos datos les sean de utilidad.
Satisfecha con las clases de matronatación, se despide La Mamá de Nicolás.