Esta semana he estado trabajando mucho en los preparativos de la fiesta de Nicolás. Por lo pronto la piñata ya está terminada, aunque ayer fuimos a otra fiesta y Nicolás lloró amargamente cuando tocó romper la piñata (imagínenlo cual escena de telenovela gritando ¡noooooo! con lágrimas de cocodrilo).
En fin, espero que el día de su cumpleaños no le ocasionemos un trauma con la ruptura de la piñata, pues habla de ella con mucho cariño. De todas formas he hecho una piñata de emergencia, a la que le jalas un cordón para que salgan los dulces sin necesidad de golpearla con un palo.
Aquí les dejó unas fotillos de la última etapa del proceso de construcción.
Esperando que su pequeño supere la pérdida de su piñata, se despide La Mamá de Nicolás.
1 comentario:
¡Ha quedado chulísima! Esperemos que a Nicolás no le dé mucha pena romperla, auqnue ya me imagino que sí, porque a mí también me daría pena, de lo bonita que és.
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